texto e ilustración: Ximena Brócoli
El sierreño-banda siempre fue mi subgénero de regional favorito. Cuando me adentré en el mundo de la música regional [1] mi ex novio y yo jugábamos a poner playlists e identificar si lo que escuchábamos era banda, norteño o sierreño-banda. Antes, para mí todo era banda; esa música no entraba dentro de mi imaginario chilango.
En esa época él se interesó en la música norteña; cantaba canciones de Intocable y de Duelo a todo pulmón. Yo me obsesioné con el sierreño-banda; este subgénero que tiene un carácter del que los otros géneros de regional carecen. Y como cualquier persona que se adentra en este estilo, me enamoré de la música de Ariel Camacho. No sé si sea el protagonismo del sausafón (tuba de pecho), que resalta al estar acompañado solamente de una o dos guitarras y un bajo sexto, y que para mí es el instrumento con más feeling. Cuando el sausafón se une a la voz de Ariel, realmente dan ganas de tener roto el corazón para poder cantar sus canciones como se debe.
No creo que sea coincidencia que Ariel sea el ídolo de los cantantes de la nueva ola de sierreño. A menudo me pregunto qué sería del género si él siguiera vivo. Pero eso hoy ya no importa tanto, lo que importa es que dejó un legado enorme y marcó a toda una generación de cantautores de música regional. Es parecido a lo que Tego Calderón representa para el reggaetón. Si en algo se ponen de acuerdo, es en que todxs aman a Tego, así como en el mundo del sierreño aman a Ariel: desde Natanael Cano, cuya carrera está despegando, hasta Christian Nodal, que ya es un gigante del género. Tan es así que Nodal sacó un disco de covers con Los Plebes Del Rancho de Ariel Camacho, la agrupación que surgió después de la muerte del ídolo. Yo tengo la teoría de que Nodal hizo el disco Recordando a una Leyenda solamente para darse el gusto. Aunque los arreglos de este disco tienen un poco de pop y de mariachi (por ejemplo, las secciones de guitarra y el uso del acordeón, que no suele usarse en el sierreño), es muy claro que el proyecto no fue hecho con fines lucrativos. No son las canciones de Nodal que suenan en la radio. Mucha gente ni siquiera sabe que ese disco existe, es por eso que da la impresión de que se trata más bien de un fan art.
Desde luego, celebro mucho este disco-homenaje, y es que lo más interesante que ha pasado después del sierreño de Ariel Camacho es la evolución del género que hoy está sonando: la nueva ola conocida como "corridos tumbados" o "sad sierreño" a la que Ariel dio lugar. Pero, ¿qué son los famosos corridos tumbados? Natanael Cano dice que los corridos tumbados son regional mexicano como el que escuchamos nosotros, pero con el sazón joven [2]. En realidad el concepto engloba varios subgéneros: corridos, sierreño, banda, mariachi, entre otros. Lo que tienen en común es que están o son tumbados, adjetivo que, según Dan Sánchez, el sonorense creador del concepto corridos tumbados, se refiere a “algo loco, un vato loco, estilo calle pero sin decir estilo callejero" [3]. Ya no son los cantantes de regional de botas que montan caballos, como diría El Komander. Son plebes todos tatuados y con cadenas en el cuello que crecieron escuchando el regional de siempre, pero en un mundo globalizado. Algunos nacieron en Sonora, pero a otros les tocó nacer en Estados Unidos y pasó lo que tenía que pasar: mezclaron la música norteña con hip-hop, trap, folk y hasta bachata.
No fueron los primeros en hacerlo, desde los noventa ya estaba Akwid mezclando hip-hop con regional. La escena de música chicana llevaba ya varios años haciéndolo, pero ellos lo reinventaron. No les dio miedo volver a agarrar el bajo sexto y la guitarra acústica y construir algo nuevo, casi desde cero. No se acoplaron al mainstream, sino que el mainstream los acogió poco a poco. Por eso cantautores como Bad Bunny o Karol G han buscado a Danny Félix y a Natanael Cano para colaborar y sacar sus propios corridos. Me entristece que algunxs de estxs artistas hayan sustituído el sausafón por el bajo eléctrico, pero supongo que fue necesario para marcar la línea entre el regional de antes y el regional de ahora. Por suerte, el feeling sigue ahí.
En general, podemos decir que “lo tumbado” es un género que sigue en construcción, que se sigue definiendo y también existe bajo otros nombres. Hay algunos artistas que hacen música “tumbada” pero no se identifican con esa etiqueta. Tampoco se sabe a ciencia cierta quién lo inventó, que si fue Dan Sánchez, que si fue Natanael Cano, que si fue T3R Elemento, que si fue Danny Félix. Yo creo que fueron todos juntos: algunos lo ponían en práctica en el estudio, otros, en sus casas en Sonora, muchos otros en Los Ángeles. Sobra decir que el pleito constante de "yo inventé los corridos tumbados" o "tal artista me copió el estilo" mantiene el diálogo vivo. Y es que al final, no creo que sea algo que se haya “inventado'', sólo fue algo que pasó.
No deja de sorprenderme la música de T3R Elemento o lo nuevo de Adriel Favela. Me llama mucho la atención la playlist "Sad Sierreño" de Spotify donde están los grandes de la escena, pero también los chicos como Los del Limit, Eslabón Armado o DannyLux. Me cautiva ver cómo las barreras entre los subgéneros se rompen y se reinventan sin dejar atrás sus orígenes, sin dejar de mencionar a Ariel Camacho o a Chalino a la menor provocación.
[1] Cabe mencionar que el género regional no solo se refiere a la música del norte, sino a toda la música regional de México, pero en este texto me refiero específicamente a la música regional del norte del país (banda sinaloense, norteño, polka, sierreño, campirano, mariachi, tex-mex, duranguense, grupero, etc.)
[3] https://www.youtube.com/watch?v=7_wrJkOJXfI&t=287s&ab_channel=PepeGarza
#Ariel Camacho para siempre