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André Cravioto

Mr. Morale & the Big Steppers - Kendrick Lamar: vulnerabilidad, introspección y fe

Basta con los primeros instantes de este disco para vulnerarnos ante sus verdades oscuras, miedos expuestos y heridas en proceso de sanación. Sentires que son acompañados por virtuosas y delicadas bases de jazz, hip hop, trap y R&B junto con una voz que conocemos y es tan particular como la persona que la posee. Kendrick Lamar regresa 5 años después de haber lanzado su último álbum, DAMN (2017), que un año después lo hizo merecedor de un premio Pulitzer. Esta vez vuelve con un material tan doloroso como honesto, donde expone no sólo problemas a los que nos enfrentamos día a día como sociedad, también cicatrices personales, como violencia intrafamiliar, abusos sexuales y adicciones.

“Espero que encuentres algo de paz mental en esta vida” (“I hope you find some peace of mind in this life”), así es como nos introduce a esta historia —su historia— en la primera canción, “United in Grief”, quizá para que, en efecto, nos unamos a su dolor, para que más que escucharlo con admiración, que claro que es válido, lo escuchemos con atención. Un inicio sin base y únicamente con su voz nos invita a no prestar atención a nada más que a sus palabras.

“Tengo historias reales que contar” (“I got some true stories to tell”) dice en el segundo sencillo “N95”, acompañado de una base de trap y una melodía sencilla pero bastante memorable. Repite varias veces y en diferentes contextos la frase “take it off!” (“¡quítatelo!”) y hace referencias a la pandemia; la declaración quizás funciona igualmente como una instrucción para quitarnos las máscaras (¿son sólo cubrebocas?) que usamos desde entonces.

Escuchamos temas donde hace autocrítica a varios aspectos de su vida, como la religión, los vínculos sexuales que ha sostenido, sus inseguridades y sus traumas. Los daddy issues y las masculinidades tóxicas son los temas que aborda de manera directa. Es importante reconocer el daño que ha hecho en los hombres el sistema patriarcal en el que hemos crecido y donde las personas racializadas han sido silenciadas y poco visibilizadas. Un acercamiento a esta realidad tan violenta es la penúltima canción del primer disco, “We Cry Together”, donde, sobre una base tranquila, repetitiva y con la melodía en el teclado, escuchamos una discusión llena de insultos (comentarios misóginos y machistas) que retrata una relación tóxica sostenida por el amor romántico. “This is what the world sounds like” (“A esto suena el mundo”) dice la actriz Taylour Paige. Y sí, tristemente así suena el mundo de muchas infancias y adolescencias que viven en contextos de violencia económica, racial y de género. Lamar habla de todo esto de manera cruda, sobre las consecuencias de crecer en esos contextos, sobre la salud mental que durante tantos años estuvo llena de prejuicios y estigmas. Expone también la importancia de la comunicación y de la escucha activa para poder crear vínculos más sanos.

“Auntie Diaries” es un track donde podemos confirmar que sigue abordando temas de importancia social. Comienza diciendo “My auntie is a man now / I think I’m old enough to understand now” (“Mi tía es un hombre ahora / creo que soy lo suficientemente mayor para entender ahora”), refiriéndose a él con todos los pronombres y, con ello, visibilizando el juicio que nos inculcan contra las disidencia sexo-genéricas, frente a las cuales nombrar a alguien como pide sigue siendo una carga moral para muchas personas.

Por otro lado, no podemos omitir el impactante y doloroso mensaje de “Mother I Sober”, quizá la canción más difícil de digerir, pues habla sobre abusos y violencias sexuales, de lo difícil y traumático que es vivirlo en tu propia familia, saber que alguien cercano es un violador o, peor aún, víctima de unx. Como menciona en el título, la canción va dedicada a su madre, diciéndole cómo se está limpiando de esa historia e intentando superarla. Para el final, su mensaje sanador es hablar de libertad: “So I set free myself from all the guilt that I thought I made / So I set my mother free from all the hurt that she titled shame” (“Me libero de toda culpa que creí haber causado / Libero a mi madre de todo el dolor que llamó vergüenza” ).

El reconocimiento de los problemas socioculturales que atravesaron la vida de Lamar hace del álbum una crítica aguda a la manera en que concebimos los vínculos interpersonales y a la forma en que lidiamos con nuestros conflictos. Estos temas, sin duda difíciles de digerir, provocan un vaivén entre el goce y la tristeza a través de ritmos contrastantes sumados a una producción sofisticada. Y es cuando el rapero concluye diciendo “I choose me, I’m sorry” (“Me escojo a mí, lo siento”) que entendemos que a veces ponerte como prioridad para sanar es tan necesario como nombrar las heridas.

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